La gran deserción electoral: 87 millones ignoran las urnas en México
Este aluvión de boletas electorales desairadas y la baja afluencia a las urnas reflejan un problema grave de desconexión entre la ciudadanía y el sistema de justicia electoral
La reciente elección judicial en México se ha caracterizado por una participación ciudadana históricamente baja, reflejando un profundo desinterés o desconocimiento sobre los procesos electorales vinculados a los juzgadores.
De acuerdo con Guadalupe Taddei y los especialistas que analizaron los resultados, la participación estimada osciló entre apenas el 12.57% y el 13.32%. Esto significa que, de un padrón electoral que supera los 100 millones de ciudadanos, alrededor de 13 millones acudieron a las urnas, mientras que aproximadamente 87 millones permanecieron alejados de estos comicios.
Participación ciudadana históricamente baja
Este nivel de asistencia representa la elección con menor participación en al menos 30 años. Para dimensionar la magnitud del desinterés, es útil comparar con elecciones anteriores: las elecciones presidenciales desde 1994 han mantenido una participación constante del 60% al 70%, y en elecciones intermedias para diputados la participación ha sido tres veces mayor que en este proceso judicial.
Además, hay que considerar que cerca del 10% de los votos emitidos fueron nulos, lo que reduce aún más la legitimidad y representatividad de los resultados.
Costos elevados y desperdicio de recursos
El Instituto Nacional Electoral (INE) destinó aproximadamente 7 mil millones de pesos para la organización de esta elección, lo que implica que cada voto emitido tuvo un costo cercano a los 538 pesos mexicanos, equivalentes a unos 27 dólares, ubicándola entre las elecciones más costosas del mundo por voto efectivo.
Dentro de este presupuesto, alrededor de mil millones de pesos se invirtieron exclusivamente en la impresión de 600 millones de boletas electorales, de las cuales más de 500 millones quedaron sin uso y prácticamente se desecharon.
Este aluvión de boletas electorales desairadas y la baja afluencia a las urnas reflejan un problema grave de desconexión entre la ciudadanía y el sistema de justicia electoral. La desconfianza, falta de información o la poca relevancia que se percibe en la elección de juzgadores son factores que deben ser atendidos urgentemente.
